miércoles, 6 de enero de 2016

"¿Dónde está el trapito de Iyoké?"

Editorial: Edelvives
Autor: Nathalie Dieterlé
Mi recomendación: de 18 a 36 meses


Los personajes de nuestro cuento de hoy llegan directos desde el continente africano. Iyoké es el protagonista de una colección de cinco títulos inspirados en la cultura y entorno de las poblaciones africanas. Se trata de un niño que a mí se me antoja de unos dos o tres años, en situaciones propias de esta edad: demasiado pequeño para muchas cosas, teniendo que compartir su pastel, superando sus miedos...y, en esta ocasión, buscando su elemento de apego (u objeto transicional).



Se trata de un trapito rojo que parece ser el objeto que produce bienestar y tranquilidad en el pequeño. En la última página descubrimos que lo necesita para dormir, hecho con el que muchos peques se sienten identificados. Para Iyoké este elemento que le ayuda a sentirse seguro y confiado es su trapito rojo, pero para muchos niños y niñas de estas edades es su osito, su chupete o un pañuelo de mamá.

Iyoké ha perdido su objeto más preciado y emprende su búsqueda a lo largo de las páginas del libro, donde podremos ayudarle a encontrarlo levantando solapas para descubrir si alguna de las cosas rojas que se va encontrando es su trapito.
Pero, un momento,¿qué lleva sobre la cabeza?


A la primera a la que pregunta es a mamá Mumá, y aquí viene una de los momentos que me encantan de este cuento. Algo rojo le asoma en la espalda y, cuando levantamos la solapa para averiguar si se trata del trapito de Iyoké...¡nos encontramos con un bebé que es porteado!
Llevo porteando a Bubi desde que nació y, a sus siete meses recién cumplidos, seguimos igual, encantadísimos él y yo. Ahora entendéis porqué esta página me gusta especialmente...jeje.


Además, como ya os había comentado en otra ocasión, África es mi gran debilidad. Por ello la colección de Iyoké me gusta mucho para estas edades, ya que además de presentar protagonistas de raza negra, sus historias se desenvuelven entre elementos propiamente africanos.
Me parece un gran acierto por parte de la autora que recoja nombres propios africanos (así como de objetos), fauna del continente, hechiceros, tamarindos, costumbres como el porteo, vestimentas, viviendas... En definitiva, que construya una imagen cercana a la verdadera realidad de cualquier "iyoké" de carne y hueso.


Nuestro pequeño protagonista le pregunta a otros habitantes de la aldea, a un río, al hechicero, a un tamarindo, a un cocodrilo...pero ninguno tiene su trapito. Hasta que ellos reparan en lo que lleva en la cabeza: ¿qué es eso rojo que asoma del cestito?... ¡Vaya! ¡Es el trapito rojo! ¡Había estado ahí todo el tiempo! 
Iyoké se siente feliz, lo necesitaba para dormir. Ahora ya puede descansar. Y efectivamente lo hace en una especie de alfombra en el suelo, de nuevo reflejo fiel de la vida de muchas tribus africanas.



¿Vuestro peque utiliza algún objeto de apego como el trapito de Iyoké? 

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