miércoles, 13 de enero de 2016

"El cocodrilo al que no le gustaba el agua"

Editorial: Obelisco
Autor: Gemma Merino
Mi recomendación: de 18 a 36 meses


El título ya lo dice todo, pero...¿un cocodrilo al que no le gusta el agua? ¿Cómo puede ser?
Buscando respuestas nos adentramos en esta historia que hace hincapié en la diversidad, en lo bueno de las diferencias, en el hecho de que no ser igual que los demás no nos hace raros, sino especiales.


La historia comienza y termina en las guardas del libro perfectamente trabajadas. En el comienzo se intuye a una mamá cocodrilo que lleva una cesta con huevos blancos pero, un momento, ¡hay uno verde! Cuando acabamos el cuento, las guardas finales muestran lo que parece una mamá dragón con otra cesta de huevos, esta vez verdes pero...¡hay uno blanco!
De esta forma la autora da una explicación extra a la historia para proporcionarnos pistas sobre el origen de nuestro peculiar "cocodrilo"



A todos los hijos de mamá cocodrilo les encantaba el agua, a todos menos a uno. Le parecía que estaba fría y ¡demasiado húmeda! Él prefería sentarse en lo alto de las ramas de los árboles y observar a sus hermanos que nadaban, buceaban y se divertían de lo lindo en el lago.
Así que nuestro pequeño protagonista llega a la conclusión de que debe intentar ser igual que los demás, para lo que se pone un flotador y trata de autoconvencerse para saltar desde el trampolín como sus hermanos.

Pero no se atreve...sólo pensar en el agua le dan escalofríos... Así que necesita un segundo intento para decidirse y saltar al agua: a la una...a las dos...a las dos y media...¡y a las tres!
El pobre sale asustado, escupiendo agua y muerto de frío... Qué fracaso, parece que nunca podrá ser como los demás...


Además parece que se ha resfriado y ahora empieza a picarle la nariz hasta que...aaa, aaa, ¡¡aaachhisss!! ¡Una enorme cantidad de fuego le sale de la nariz! Sus hermanos boquiabiertos no dan crédito pero, cuando se fijan, descubren que al pequeño cocodrilo le están saliendo alas en la espalda.
Un momento...¡ya sabemos porqué no le gustaba el agua! ¡Porque no es un cocodrilo! ¡Es un dragón!

Después de un tiempo se convierte en un dragón grande y fuerte capaz de sobrevolar el bosque con sus hermanos sobre su lomo. Todos le admiran y le quieren, tal y como es, precisamente por ser diferente.
Así que nuestro pequeño protagonista descubre que ser diferente no está tan mal y que, aunque él no disfrute del agua como sus hermanos, puede hacer otras cosas geniales que son las que le hacen especial.

Sólo nos queda esperar que el pequeño "dragón" al que le gustará el agua y que crecerá rodeado de hermanos que pueden volar y escupir fuego, descubra también lo valioso de sus diferencias.



Un cuento de esos que nos pueden ayudar a que los peques entiendan que lo importante no es ser como los demás, sino ser uno mismo. Transmitirles la idea de que la diferencia es buena, la diversidad es riqueza, y que cada uno debe aprovechar aquello que le hace especial, lo que le distingue de los demás.
Lamentablemente esto, en un sistema educativo que tiende a la homogeneización, no siempre es sencillo...

¿Qué otros cuentos conocéis con este mismo mensaje de fondo?

4 comentarios:

  1. Que buena pinta tiene! Uno de mis favoritos es "Por cuatro esquinitas de nada", pero no se si encaja en el mismo tramo de edad...

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    1. Por mi experiencia, generalmente, "Por cuatro esquinitas de nada" no lo entienden del todo bien antes de los 3 años. Implica conceptos que les resultan un poco difíciles de captar, pero el cuento es genial!!

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  2. Cris, Gael y Cloe17 de enero de 2016, 2:39

    Yo tengo el de por cuatro esquinitas de nada y un día Gael me pidió que se lo contara (hace ya unos meses). Lo tenía reservado para más adelante tanto por el contenido como por las hojas finitas. La verdad es que le gustó mucho eso de los redonditos y cuadradito y aunque no creo que haya pillado la moraleja de la historia, me lo pidió varias veces. Las ilustraciones son tan sencillas que yo creo que, en algunos niños, pueden funcionar. También es cierto que con Gael han funcionado todos los cuentos que le he sacado hasta el momento. Tuvimos un pequeño "rechazo" con el de cocodrilo (de la colección de la cuna a la luna). Hubo una temporada que no quería que se lo contara, pero ahora le encanta. Por cierto, me ha encantado la entrada sobre el cuento del cocodrilo que no le gustaba el agua. El único cuento que me ha traído un poco a la mente, salvando las diferencias es el de Rosa Caramelo.

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    1. Tienes toda la razón Cris, "Rosa Caramelo" es otra excelente opción para trabajar el tema de la diversidad con los más pequeños. En cuanto a las edades, es lo que siempre comentamos, cada niño es un mundo y sus intereses y grado de madurez van a influir en los títulos que le gusten.
      Además mi experiencia suele referirse a contar para grupos, que es bastante diferente a contar en casa para nuestro hijo o hija

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